Quien tomó la decisión fue un revolucionario francés, de origen humilde, entusiasta defensor de la racionalización, protagonista de la organización del calendario republicano, del sistema de pesas y medidas, y principal inspirador de la Escuela Normal y de la Escuela Politécnica, que consiguió extender su organización de la enseñanza por todo el continente. La expresión escogida para designar a esta materia, geometría descriptiva, perseguía aprovechar el prestigio de la llamada geometría analítica, contrastando con ella. Desde entonces y durante todo el siglo XIX los responsables de la producción teórica y la docencia de la geometría descriptiva, los profesionales de la geometría descriptiva, entendieron que la perfección de esta disciplina consistiría en alcanzar una organización ideal al modo de las diversas ramas de la matemática. Como cualquier cosa se puede forzar hasta conseguir que se parezca al álgebra, consiguieron su objetivo, y al final del siglo ya existía un aparato teórico ideal, la llamada geometría proyectiva, que se constituía en abstracción de los procedimientos de la geometría descriptiva y permitía olvidar la realidad histórica y colgar los diversos modos de representar, de las ramas de un árbol taxonómico ideal. Esto no era útil al usuario, pero dejaba a los profesionales de la geometría descriptiva satisfechos, casi tanto como cuando los matemáticos consiguieron convencer a todo el mundo de que los niños debían conocer la teoría de conjuntos, sin embargo, la geometría descriptiva no podía dejar de ser lo que era, una actividad intrínseca al trabajo del diseñador, una reflexión sobre las posibilidades del espacio sensible y sobre los criterios, más o menos convencionales, que empleamos para su representación plana. Y para el arquitecto sigue siendo necesario cierto conocimiento de lo que es o no es geométricamente posible al emplear formas materiales; y es también necesario -con el uso del ordenador es más necesario que nunca- el conocimiento critico de los modos de proyección plana que hemos decidido utilizar. De manera que el curioso aparato montado por nuestros predecesores aparece obsoleto y cada vez más es evidente que la geometría descriptiva se constituye y se debe enseñar a partir de un conjunto de modos de hacer muy adheridos a la realidad.
- Origen de la Geometría
Descriptiva La Geometría Descriptiva se origina de los grafismos o dibujos, dando lugar al dibujo artístico y dibujo técnico. Las primeras manifestaciones del dibujo técnico, data del año 2450 antes de cristo, en un dibujo de construcción esculpido en la estatua del rey Sumerio Gudea, llamada “El Arquitecto”, y que se encuentra en el museo de Louvre, dicha escultura de forma esquemática, representa los planos de un edificio. Del año 1650 a.c., data el papiro de Ahmes. Este escriba egipcio, redactó, en un papiro de 33 por 548 cms. La exposición de contenido geométrico en cinco partes que abarcan: la aritmética, la esteoromía, y la geometría de pirámides. En este papiro se llega a dar valor aproximado al número PI. En el año 600 a.c, encontramos a Tales, filósofo griego nacido en Mileto. Fue el fundador de la filosofía griega y considerado como uno de los siete sabios de Grecia. Tenía conocimientos en todas las ciencias, pero llegó a ser famoso por sus conocimientos de astronomía, después de predecir el eclipse de sol que ocurrió el 28 de mayo del 585 a.c. Se dice que introdujo la geometría en Grecia, ciencia que aprendió en Egipto. Sus conocimientos le sirvieron para descubrir las propiedades geométricas. Tales nos dejó escritos; el conocimiento que se tiene, precede de lo que se cuenta el de Aristóteles. Del mismo siglo de Tales, es Pitágoras, filósofo Griego, cuyas doctrinas influyeron en Platón. Pitágoras fue instruido en las enseñanzas de los primeros filósofos Jonios, como son el anaximandro y anaxímetro, movimiento con propósitos religiosos, políticos y filosóficos, conocidos como Pitagorismo.